En 1909 surgió la Cruz Roja Cubana, y su fundador fue el insigne médico Diego Tamayo y Figueredo, un ejemplo de consagración, amor y dedicación al trabajo.
Los innumerables servicios de esta organización a favor de la salud del pueblo, dicen mucho del humanismo que la distingue.
El legado de los iniciadores de la Cruz Roja se mantiene vivo gracias a la labor de los voluntarios, que han dado lo mejor de sí para aliviar sufrimientos, auxiliar las víctimas o simplemente prevenir, como asegura Yailín Zambrano: “los miembros de esta organización en el municipio de Amancio tenemos múltiples responsabilidades, entre ellas contribuir a mantener el bienestar de los seres humanos en condiciones difíciles, tanto en tiempo de paz como de guerra ofreciendo los primeros auxilios en casos de accidentes”.
El dinamismo y abnegación de los miembros de la Cruz Roja amanciera no se detienen, están presentes en múltiples y diversas misiones. Este quehacer, unido a un alto sentido humanitario y de adhesión a los principios fundamentales del movimiento, los hace merecedores del reconocimiento popular.
A propósito de cumpliese el aniversario ciento diez de su fundación, la Cruz Roja Cubana en este sureño municipio tunero perfila nuevos objetivos de trabajo en aras de una mejor atención a las personas en casos de eventualidades.
Los integrantes de esta organización laboran en la superación personal y profesional, así como el incremento del número de personas procedentes de todos los sectores, pues solamente cuentan con 55 miembros.
Lisandra Zulueta Fernández, secretaria general de la Cruz Roja en la Localidad, aseguró que hasta el momento solamente cuentan con tres profesionales en la organización sanitaria.