Manuel Menéndez Pérez, decano de la Radio amanciera. Foto: Rafael Aparicio Coello
Maestro de radialistas, eso es muy grande para mí, así me dijo con voz entrecortada Manuel Menéndez Pérez, decano de la Radio amanciera cuando dialogaba con él en vísperas del aniversario 48 de la Emisora Radio Maboas, la Novia Sonora del Guacanayabo.
“Ese fue el último reconocimiento recibido y no tengo palabras para describir ese instante, ya estoy jubilado pero durante los 38 años que estuve en la emisora preparé a varios compañeros como realizadores de grabaciones y ediciones de sonido y ello sin tener en cuenta el trabajo con los integrantes del circulo de interés que me complace que muchos de ellos hoy están laborando en esta planta radial”.
Manolín, como cariñosamente lo llamamos se incorporó a los estudios de Maboas tres años después de que surcara el éter este medio comunitario creado por los ya fallecidos Armando Hart Dávalos y Haydee Santamaría Cuadrado en MIL 970.
“Yo trabajaba en el DOR del Comité Municipal del Partido y tenía relaciones con los trabajadores de Maboas porque hacíamos transmisiones juntos, un día me avisaron que un realizador se trasladaba para la hermana provincia de Camaguey y nada aproveché muy bien esa oportunidad porque durante 5 años fui vanguardia nacional, recibí la medalla Raúl Gómez García que otorga la Central de Trabajadores de Cuba además del Premio Raúl Ugarte Batista y por la Obra de la Vida, estos últimos los entrega la Dirección provincial de Radio en Las Tunas”.
Hablar de sus programas preferidos durante sus años de trabajo en Radio Maboas, es muy difícil para Manolín pues tuvo la posibilidad de formar parte de todos los colectivos, pero refiere los premios obtenidos en Festivales del medio en espacios como “De todo y de Todas Partes”, “Esta es la Historia”, “Jaraneando” y en programas informativos.
“Imagínate nosotros iniciábamos las transmisiones a las 5 de la mañana y hasta las doce de la madrugada y casi todos los programas eran en vivo y los poco que se grababan era después de esa hora, hubo momentos en que nos movilizaban para actividades agrícolas en la zafra fundamentalmente porque nosotros siempre fuimos de vanguardia y cuando eso ocurría veníamos vestidos y partíamos a las cinco de la mañana a dar nuestro aporte, fueron años para mi inolvidables, por eso siempre que hablo de esa etapa digo que La Emisora, es mi casa”.