Se siente un bullicio a la entrada de la institución. Urgente camillero traslada a un paciente requerido de atención. Una enfermera en el cuerpo de guardia comienza a realizar maniobra para su estabilización. La protagonista María Dolores Corrales Corrales.
Esa fue una de las primeras experiencias como enfermera en el antiguo Hospital Luis Aldana Palomino en Amancio donde comencé en 1982 luego de realizar mi servicio social en el municipio de Jobabo al graduarme de auxiliar de en enfermería e iniciar además la especialidad en pediatría.
Los más de 40 años de trabajo de María la recuerdan sus compañeros junto a los pequeños de la sala de pediatría, con responsabilidades en el cuerpo de guardia y ahora como jefa del área de esterilización.
En el cuerpo de guardia uno adquiere mucha habilidad y conocimientos, es un área difícil y que merita mucha responsabilidad pues sabemos que de nuestra dedicación depende la salud del paciente, a mí me gustaba mucho lo que hacía y estuve allí 12 años.
Para esta enfermera de 59 años, el estímulo mayor es el reconocimiento de los pacientes.
En estas 4 décadas he recibido estímulos morales y materiales incluyendo reconocimientos por 5, 20 y 30 años de labor a través del sindicato de la salud y la medalla de internacionalista, pero el mayor estímulo es el respeto de mis compañeros y de esos pacientes que cuando los veo en las calles me saludan y me dicen, adiós seño.
Los pacientes de Suriname conocieron también del amor de María por su profesión.
Si, estuve durante 2 años en Suriname un país tranquilo al que fuimos a aplicar ese programa idea de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, la Misión Milagro, integré una brigada de 10 profesionales de la salud y trabajé en el área de esterilización del salón de operaciones donde intercambiamos con varios colegas incluso de la República Bolivariana de Venezuela.