La confección de uniformes escolares centra las tareas en este colectivo. Foto: Danay Naranjo Viñales
Siempre que un colectivo logra su objetivo o se destaca por algún resultado, es válido reconocer el sacrificio de quienes integran esa agrupación, y mostrar su ejemplo a los similares.
Por estos días, cuando toda la familia vivió el inicio del nuevo curso escolar, muchos agradecieron el hecho de que no se diera el habitual fenómeno con las tallas de las prendas de vestir.
Detrás de esa novedad están las horas de trabajo abnegado y consciente de los hombres y mujeres de la fábrica #8 Clemencia Cabrera, perteneciente a la unidad empresarial de base Confecciones Melissa.
Se trata de un total de 76 mujeres y 5 hombres que hacen de las jornadas de trabajo horas especiales, derrochando compromiso y entrega.
A pesar de que su principal encomienda son las prendas de los uniformes escolares y de estudiantes de medicina, también confeccionan batas para el personal de la Salud Pública, uniformes para el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el vestuario del personal de la Campaña Antivectorial y otras.
Como aspecto novedoso este año se sumaron a la elaboración de prendas destinadas al Turismo y la Aeronáutica Civil.
Hablar de este centro entre los amancieros es referirse a un colectivo de vanguardia, disciplinado, y sobre todo, muy unido, no exento de limitaciones, enfermedades y problemas personales, pero ninguno de esos elementos opaca la calidad de los productos que allí se originan.
Llegue a todos los trabajadores de esa entidad el agradecimiento de quienes hoy exhiben sus prendas con la alegría y el orgullo de saberse portadores del fruto de su trabajo.